miércoles, 23 de marzo de 2011

Una abuela conductora

Querido nieto:

El otro día tuve una experiencia religiosa muy buena, que quiero compartir contigo. Pasé por una librería en la que tenían una pegatina que decía:

"TOCA EL CLAXON SI AMAS A DIOS".

Como había tenido un día muy malo, decidí comprarla y pegarla en la parte de atrás de mi coche. Al salir conduciendo, llegué a un cruce de dos avenidas que estaba muy complicado, con muchos coches. La temperatura exterior era de 35 grados y era la hora de salida de las oficinas. Allí me quedé parada, porque el semáforo estaba rojo. Pensaba en cómo quedaría la pegatina que había comprado y no me di cuenta que la luz se había puesto verde, pero descubrí que muchos otros aman al Señor porque inmediatamente comenzaron a sonar las bocinas.

La persona que estaba detrás de mi auto era sin duda muy religiosa, ya que tocaba la bocina sin parar y gritaba:

DALE, POR EL AMOR DE DIOS.

Dirigidos por el, todos hacían sonar la bocina. Yo les sonreí y los saludaba con la mano a través de la ventanilla. Vi que otro muchacho me saludaba de una manera muy particular levantando solo el dedo medio de la mano. Le pregunté a otro de mis nietos, que estaba conmigo, que quería decir ese saludo. Me contestó que era un saludo Hawaiano de buena suerte. Entonces yo saque mi mano por la ventana y salude a todos de la misma manera. Mi nieto se doblaba de la risa, por la bella experiencia que estábamos viviendo.

Dos hombres de un coche cercano, se bajaron y comenzaron a caminar hacia mi coche, creo que para agradecerme el alegre ambiente que se había creado. Pero en ese momento fue que vi que el semáforo estaba verde. Entonces salude a todos mis hermanos y hermanas y pasé el semáforo.

Después de cruzar, note que el único coche que había podido pasar era el mío, ya que la luz volvió a ponerse en roja, y me sentí triste de dejarlos allí después de todo el amor que habíamos compartido.

Por lo tanto, paré el coche, me baje, los salude a todos con el saludo Hawaiano por última vez y me fui.

Ruego a Dios por todos esos buenos hombres y mujeres.

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