Este es un blog de humor sano. En él podrás encontrar historias divertidas, chistes graciosos, gifs animados, anécdotas bonitas, etc. EL objetivo es que podais disfrutarlas toda la familia.
domingo, 22 de abril de 2012
Lecciones aprendidas
A los 9 años, aprendí que mi profesora sólo me preguntaba cuando yo no sabía la respuesta.
A los 10, aprendí que era posible estar enamorado de cuatro chicas al mismo tiempo.
A los 13, aprendí que, cuando mi cuarto quedaba del modo que yo quería, mi madre me mandaba a ordenarlo.
A los 15, aprendí que no debía descargar mis frustraciones en mi hermano menor, porque mi padre tenía frustraciones mayores y la mano más pesada.
A los 20, aprendí que los grandes problemas siempre empiezan pequeños.
A los 23 aprendí que el título obtenido no era la meta soñada, pero era suficiente.
A los 28, aprendí que nunca debía elogiar la comida de mi madre cuando estaba comiendo algo preparado por mi mujer.
A los 29, aprendí que se puede hacer, en un instante, algo que te va a hacer doler la cabeza la vida entera.
A los 33, aprendí que cuando mi mujer y yo teníamos una noche sin chicos, pasábamos la mayor parte del tiempo hablando de ellos.
A los 34, aprendí que a las mujeres les gusta recibir flores, especialmente sin ningún motivo.
A los 35, aprendí que no se cometen muchos errores si se tiene la boca cerrada.
A los 38, aprendí que, siempre que estoy viajando, quisiera estar en casa; y siempre que estoy en casa me gustaría estar viajando.
A los 40, aprendí que puedes saber que tu esposa te ama cuando quedan dos croquetas y elige la menor.
A los 42, aprendí que, si estás llevando una vida sin fracasos, no estás corriendo los suficientes riesgos.
A los 44, aprendí que puedes hacer a alguien disfrutar el día con solo enviarle una pequeña postal.
A los 50, aprendí que niños y abuelos son aliados naturales.
A los 55, aprendí que es absolutamente imposible tomar vacaciones sin engordar cinco kilos.
A los 63, aprendí que es razonable disfrutar del éxito, pero que no se debe confiar demasiado en él.
A los 64, aprendí que no puedo cambiar lo que pasó, pero puedo dejarlo atrás.
A los 67, aprendí que si esperas a jubilarte para disfrutar de la vida, esperaste demasiado tiempo.
A los 71, aprendí que nunca se debe ir a la cama sin proponerme hacer algo mejor para mañana.
A los 72, aprendí que, si las cosas van mal, por algo será.
A los 76, aprendí que envejecer es importante.
A los 77, aprendí que amé menos de lo que hubiera debido.
A los 80, aprendí que todavía tengo mucho para aprender.
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