domingo, 10 de noviembre de 2013

El tratamiento del silencio


No se llevaban bien el marido y la mujer, y llegó un momento en que empezaron a darse mutuamente el tratamiento del silencio. Aquella noche el marido se acordó que el día siguiente tenía que coger un avión temprano y que necesitaría que su mujer le despertara a las cinco.

No queriendo ser el primero en romper el silencio (y perder) escribió en un papel, “Despiértame a las cinco de la mañana”, y lo dejó donde su mujer lo viera.

La mañana siguiente se despertó y comprobó que eran la nueve y que había perdido el vuelo. Se disponía a preguntarle a su mujer por que no le había despertado cuando vio que había en su mesilla un papel de color rosa. “Son las cinco, despierta”.

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